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El corredor estructural Vado-Puquio

Por: Luis Ayala / l.ayala@explorock.com

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En esta publicación hablaré sobre un sitio el cual tuve la oportunidad de conocer el 2012 y que representa una zona de interés geológico en la Cordillera Occidental peruana debido a sus rasgos litológicos y estructurales. El corredor estructural Vado-Puquio, se encuentra ubicado hacia el este de Nazca, en la provincia de Lucanas (departamento de Ayacucho) donde abarca una franja extensa de rocas alteradas que son fácilmente distinguibles tanto en fotografías aéreas como en imágenes satelitales en base a su coloración violácea. En especial, las que se observan hacia la margen derecha del río San José, oeste del poblado de Vado y la ciudad de Puquio; que en la cartografía geológica se se hallan mapeadas para el Paleógeno (Eoceno-Oligoceno). Un rasgo distintivo de estas rocas es que aparecen intruídas por dioritas eocenas así como exhiben un grado de deformación que es más pronunciado que las unidades estratigráficas miocenas que las sobreyacen (Grupo Nazca y Formación Puquio) mediante una discordancia angular. Regionalmente, sobre esta franja se observan pliegues NO-SE y fallas de dirección similar que los cortan oblicuamente (Fig. 1).

1.1. Mapa geologico de Vado y Puquio

Figura 1. Mapa geológico entre Vado y Puquio. La falla en el centro atraviesa paralelamente al cauce NO-SE del río San José desde Puquio hasta Ajtapa.

La importancia de estas rocas deformadas radica en que algunos de sus afloramientos tienen áreas de alteración supérgena que por lo general están ligadas a sistemas compresivos y a depósitos con valor económico mineral. Tal como sucede en el extremo este de la reserva nacional Pampa Galeras. Aquí, las rocas paleógenas están conformadas por una intercalación de lavas andesíticas, tobas soldadas y areniscas volcanosedimentarias rojizas afectadas por un intenso fallamiento que al menos cuenta con 2 sistemas principales: El primero (de dirección NO-SE), comprende fallas inversas conjugadas y una serie de pliegues anticlinal-sinclinal con rumbos que guardan relación con las estructuras regionales. Mientras que el segundo, comprende fallas inversas de dirección O-E alineadas paralelamente a un enjambre de diques de riolita y pequeños cuerpos de sienitas alargados, que en las zonas de contacto con los estratos de lavas andesíticas confieren una llamativa coloración rojiza supérgena. Siendo el primer sistema el que intersecta al segundo, del mismo modo que ambos se encuentran cortados por vetas de cuarzo de rumbo NE-SO que afloran preferencialmente en el centro de los ejes NO-SE de pliegues anticlinales.

Según el primer arreglo estructural, sus elementos geométricos son análogos a un sistema plegado por fallas inversas en los que los niveles estratigráficos inferiores empujan hacia arriba deformando al mismo tiempo a las partes superiores de los bloques techo de las respectivas estructuras (pliegues por flexión de falla). Por el contrario, esta analogía es difícil de aplicar para el sistema O-E ya que en sus superficies de fallas se observa una cinemática compleja (entre dos a más direcciones de movimiento) e indicios de rotación.

Cabe destacar que la mayor parte de estos plegamientos tienen una vergencia local hacia el noreste. Mientras que otros similares ubicados más hacia el este, tal como es el caso del río San José en las cercanías a las localidades de Chalhualla y Ajtapa, presentan una vergencia similar asociadas a fallas de alto ángulo que levantan bloques hacia el noreste. No obstante, en los frentes montañosos al oeste de Chalhualla-Lucanas y Puquio, los pliegues que afectan a los volcánicos paleógenos presentan una vergencia opuesta a través de un levantamiento de bloques predominante hacia el suroeste.

La temporalidad relativa de estructuras y la doble vergencia de pliegues hacen pensar en una tectónica superpuesta, cuyos movimientos no necesariamente funcionaron en un intervalo distinto al Paleógeno; pero que sí corresponden a eventos previos al Neógeno, ya que esta deformación está ausente en los niveles estratigráficos del Mioceno. Por lo que el plutonismo diorítico es correlacionable en tiempo con la mineralización en vetas. De esta forma, si se observa en un contexto regional, sobre el conjunto de fallas correspondientes a los tres puntos anteriormente señalados se aprecia un corredor estructural NO-SE (principalmente entre Vado y Puquio) que yace a manera de basamento debajo del Grupo Nazca y la Formación Puquio. (Fig. 2).

1.2. Corredor estructural Vado-Puquio

Figura 2. Corredor estructural Vado-Puquio (indicado en líneas discontinuas).

A partir de estas evidencias es posible considerar que la actividad hidrotermal y mineralización premiocena en el corredor Vado-Puquio fueron impulsadas por el emplazamiento de dioritas eocenas cuyo magmatismo estuvo acompañado por la intrusión de diques menores. De esta manera, también se sugiere que las rocas volcánicas paleógenas que afloran en la provincia de Lucanas conforman un importante objeto de estudio como metalotecto. Que desde el punto de vista litológico, estructural y cronológico se le puede orientar a estudios de exploración mineral, los que a la fecha se han visto limitados a la extracción y explotación minera artesanal.

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