El significado de los conglomerados imbricados
Por: Luis Ayala / l.ayala@explorock.com
Dentro del rango de estructuras sedimentarias de origen continental, la imbricación de conglomerados posee un significado paleoambiental que se define principalmente en sistemas fluviales de alta y baja energía. En el estudio de sedimentos cenozoicos dicha estructura resulta útil en la distinción de depósitos de río y de llanura aluvial (abanicos o coluviales). En ambos, su determinación está orientada a la reconstrucción geográfica, predicción y mitigación de los riesgos que representan los procesos exógenos sobre áreas continentales. De tal manera, sus implicancias en el registro estratigráfico ayudan al entendimiento de los eventos geodinámicos modernos y por ende, al conocimiento adecuado de los peligros geológicos existentes en la naturaleza.
Desde el punto de vista genético, los conglomerados están ligados a las variaciones climáticas, a la tectónica o a la combinación de ambos. Las primeras dan lugar a llanuras aluviales (debris flow o huaycos) y expansión de márgenes fluviales entrenzadas o meandriformes; que pueden tener como fuente de recogida de aguas una cúspide montañosa con una alta tasa de deshielo y/o pluviosidad. Mientras que los procesos tectónicos son los encargados de la creación de las cordilleras montañosas (orogenia), levantamiento y hundimiento de áreas limitadas por fallas, que resultan en la erosión y transporte de detritos. De manera similar que el factor climático, son los encargados del modelamiento topográfico e hidrográfico tanto en planicies costeras como en zonas montañosas, y del emplazamiento de terrazas escalonadas. Igualmente, el quiebre en la dirección aguas abajo de un río puede poseer una correlación con fallas ya que controlan la pendiente del terreno y la sinuosidad de canales sobre la plataforma aluvial.
Para ambos procesos, la imbricación es una característica siempre presente que se define como la disposición espacial inclinada de clastos a razón de la velocidad del flujo hídrico turbulento que los transporta y que por arrastre les confieren una forma alargada. Por lo general, es más propensa a aparecer en depósitos fluviales facilitando la medición de las direcciones de transporte, también conocidas como paleocorrientes (paleoflujos). Debido a que son perpendiculares al eje más alargado del clasto, migran según dicho recorrido en contra de la pendiente de inclinación (Fig.1). Así, los clastos imbricados se encuentran localizados preferentemente hacia el centro de los canales remanentes o activos, que lateralmente pueden hacerse más delgados mostrando estratificaciones cruzadas de arreglo oblicuo (Fig. 2).
Figura 1. Nivel de conglomerado de guijarros y cantos redondeados imbricados (inclinados) hacia la parte izquierda de la imagen. De modo que el depósito ocurrió en dirección opuesta.
Figura 2. Nivel de conglomerado con estratificación cruzada oblicua curva con clastos imbricados hacia la parte izquierda y adentro del afloramiento.
Debido a que los conglomerados imbricados tienen filiación fluvial, el cartografiado de los mismos es complementado con la direccionalidad de paleocauces. Por ejemplo, si la medición de paleocorrientes para un nivel de conglomerados de guijarros o cantos es noreste, entonces el eje fluvial que los alberga es paralelo. Es más, si estas litofacies se repitiesen concordantemente, es muy probable de que se trate de secuencias ligadas a distintos eventos geodinámicos. Así también, este parámetro no sólo evidencia la geometría o la orientación de canales, sino que además permite conocer el tipo de relleno sedimentario. El cual puede estar constituido por barras conglomerádicas intercanales, barras arenosas acrecionales o clastos retrabajados arcillosos pertenecientes a llanuras de inundación colapsadas. Por otro lado, desde la perspectiva estratigráfica secuencial, este relleno representaría la incisión fluvial de valles, cuyos clastos imbricados estarían por encima de discordancias limítrofes a los sedimentos marinos.
Una variante en el cartografiado de estos elementos se basa en la predicción y eventual mitigación de riesgos geológicos. Es común que a lo largo de quebradas secundarias de valles principales existan terrazas fluviales cuyos depósitos son buenos indicadores para aproximar líneas de depósito que permitan establecer sitios con mayor o menor peligrosidad respecto a conjuntos habitaciones aledaños.
Por lo tanto, la existencia de conglomerados imbricados puede estar relacionada a diferentes causas que serán distinguibles a partir de la cantidad de datos disponibles, así como serán aplicables de acuerdo a las necesidades del estudio a realizar. Las observaciones, descripciones y posibles interpretaciones deben tomar en cuenta el contexto geológico regional, así como la asociación de litofacies local para la obtención de una cartografía que refleje los fenómenos observados.
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